Fotografias a alguien, es ir más allá de las apariencias, porque ninguna imagen puede tener profundidad si el fotógrafo se ha quedado en la superficie de quien está posando.
Hacer una fotografía es comparable al arte del joyero. El modelo aporta la gema, el fotógrafo la talla, la pule y la engasta para formar la obra final.
Solo si ambos quedan satisfechos, por la sesión y por el resultado, se puede empezar a hablar de una buena foto.
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